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Mostrando entradas de 2007

El chiste más gracioso de la tierra

wenn ist das nunstück git und slotermeyer? ja! Beiherhund das oder die flipperwaldt gersput!

Vino de pera

(En la fría Bogotá, la brisa hizo que me topara con tu calor, como un buen vino cerca de una fogata). De tu vino sutil, como en un río, crecen las flores de tus risos y hasta al mar de tu vino sutil, como en el frío, se escriben lineas en tus labios y al cantar... Embriagame de tu espera, de vino color de lápiz y labios sabor a pera. De tu vino sutil y de tus labios, nos beberemos gota a gota la verdad. De tu vino sutil y de tus manos me prenderé como aprendiendo a caminar. Embriagame de tu espera, de vino color de lápiz y labios sabor a pera. En el papel febril de tu mejilla, dibujaré con mis dos manos el andar, de quien yo quiero ser, entre tu risa, un nuevo mapa para por ti navegar. Embriagame de tu espera, de vino color de lápiz y labios sabor a pera. Embriagate y date cuenta que seremos pan y vino regados sobre la mesa.

Reclamación a par de ...... amigos

(Extraído de un email que envié hace poco a un tal Hallond y al churco del Juan Selva) Señores de más compañías tantas noches en canción, entre mis letras hace días, con constante picazón, se aparecieron sin razón invitándome a una siesta con algunas horas extras, llamándole revolución. Ya no hablemos de Vanessa ni me pinten color fresa otra Linda situación. Es mejor que el sinsabor que le causan a mi amigo las mujeres y el destino la aprovechen los esferos. Con el lápiz les espero pa tomarnos otro vino. Yo quería hacer historias y en la nada se quedaron. par de lentos ¿se cansaron de escribir fuera del mundo, de cantar en este grupo, y crear nuevas memorias?. ¿O tal vez fueron las horas que pasaban sin sentido, que acortaron el camino y ocultaron nuestra gloria? Otra vez yo les invito, a que tomen sus espadas y acompañen la cruzada hacia el mundo del vampiro. Mis amigos les suplico, que no quede entre las manos compartir no es un pecado ni escribir es un delito. Al de Andino yo le pid

La danza inmisericorde (el inicio del baile)

(Dedicado a la memoría de Andrés Caidedo, fallecido escritor colombiano) Ella gritó al final de la canción, con la misma fuerza con que lo haría Hector Lavoe a los 2 minutos 45 segundos de Juanito Alimaña. Dio una vuelta y sintió como las trompetas salvajes anunciaban el final de la inmisericorde canción. Sentía el éxtasis en sus piernas, en sus caderas, en sus labios y su garganta. Necesitaba el piano, las maracas, el timbal; los necesitaba ahora. Mara se sentó cansada, tomó una copa de ron de la mesa y se levantó de nuevo, jadeante, sudorosa. Buscaba un cigarrillo para secarse, para exprimirse la humedad y volver a hundirse en el baile como si acabase de llegar a la fiesta. Marco estaba sentado inmutable e inexpresivo, la vio salir entonces de aquel bar. Cabellera oscura, larga y libre. Su piel era suave para los ojos - aún más agradable para el tacto - pensó. Vestía una ligera camiseta blanca, pequeña, dejaba ver cada detalle de su hermosa figura y un jean, suelto también, descompl

¡Obedeced!

Primera entrada: " Pueblos débiles, pueblos estúpidos, puesto que la continua opresión no os da ninguna energía, puesto que os mantenéis en gemidos inútiles cuando podríais rugir, puesto que sois millones y soportáis que una docena de niños armados con un bastoncillo os dirijan a su gusto, ¡obedeced! Y no importunéis más con vuestras quejas. Aprended por lo menos a ser desgraciados, ya que no sabéis ser libres". Napoleón Bonaparte. En la novela de Max Gallo, Napoleón.