Ladrón de ríos (fin del caudal)


Brota de entre tu vientre
una miel desmedida;
ríos que no comprendo
no me ahogan ni me alientan.

Y huele, lo que ya es mar,
a guerras y bombas,
a rosas violentas,
a sal que se quema,
en un soplo azucarao.
Y sabe a canción de bar,
a beso en discordia,
a dolor de cabeza,
sabe al llanto de la gloria,
a la muerte de un volcán.

¿Pero cómo repito el mar?
¿¡Un secreto de Dios hecho grito!?
¡Cómo blásfemas!
y a este hombre le arrancas un niño.
No me basta llorar,
al ver la creación hecha hilos
gotas de leche
que resbalan por suaves delirios.

No me dejes ver el fin del caudal
y sentir que estoy nadando en una fuente.

Traigo a la muerte corta,
le he robado su tierra y su tiempo,
quiero mojarla
de la miel que brota de tu cuerpo.
¿Quieres saber de mi?,
soy ladrón de laderas y ríos,
no tengo barcas
solo el nado y un poco de frío.

No me dejes ver el fin del caudal
y sentir que estoy nadando en una fuente.

Puedo morirme ya
y sonrió como Prometeo
No, no robé fuego…
Solo el mar que moja el universo.

Nunca quiero ver el fin del caudal
o sentir que estoy nadando en una fuente.

Brota de entre tu vientre
una miel desmedida.
Una miel desmedida.
Una miel desmedida.

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